“¡Este post comenzará en 4 momentos!”,
-Anunció una voz histéricamente profesional.
-Anunció una voz histéricamente profesional.
Yo Soy Yo, también desde ahora represento a cualquiera y presto mi voz a quien aún no la tenga. Parece que hablo por mí, mas pronuncio lo ya pronunciado por centenares a través de los siglos. O quizás, ayer mismo…
Todos aquellos que no estén sentados frente a la pantalla, esperarán la siguiente sesión.
Lánguidamente, entrando en el vestíbulo de lo irreal y de lo ilógicamente posible, dentro de un auditorio grande y silencioso entran suaves pero hirientes, ideas que sofocan nuestro respirar, como si un cuchillo caprichoso hubiera decidido tajar el mundo en dos.
El post de esta madrugada, no es nuevo. A decir verdad han visto este post una y otra vez, en una concomitancia biunívoca pero imperceptible para la mayoría de ustedes.
El aire se torna pesado, el ambiente nebuloso. Entramos en un sueño caliente, ahí todo se encuentra fragmentado en 9,999 trozos de color oro-rubí. Aquí adentro estamos drogados, inmaculados; esperando nuestra medicina.
Paredes cortadas a pico vedan toda posibilidad de descenso. Y aún más que su aspecto irrevocable, lo más impresionante es lo que tienen de inesperado.
No me gustan las ventanas, las considero una pérdida de tiempo hacen que el viento sople a rachas, a borbotones, a ráfagas entrecortadas, como si fuera una enorme, cósmica, inhumana carcajada.
El post de esta madrugada, no es nuevo. A decir verdad han visto este post una y otra vez, en una concomitancia biunívoca pero imperceptible para la mayoría de ustedes.
El aire se torna pesado, el ambiente nebuloso. Entramos en un sueño caliente, ahí todo se encuentra fragmentado en 9,999 trozos de color oro-rubí. Aquí adentro estamos drogados, inmaculados; esperando nuestra medicina.
Paredes cortadas a pico vedan toda posibilidad de descenso. Y aún más que su aspecto irrevocable, lo más impresionante es lo que tienen de inesperado.
No me gustan las ventanas, las considero una pérdida de tiempo hacen que el viento sople a rachas, a borbotones, a ráfagas entrecortadas, como si fuera una enorme, cósmica, inhumana carcajada.
Y aquí, estando junto con el ángel simétrico, el monstruo de energía que devora conciencias, ponemos a prueba nuestros suaves y algodonosos sesos infantiles.
No soy luz ni tampoco noche. Crepúsculo; un engendro de verdad y mentira... bella mentira... Un injerto de desierto y luna.
Mañana entraremos a mi ciudad natal.
Quiero estar listo.
Sin pereza ni prisa, acompasado...sin prisa, sin reposo...como el tiempo que a ritmo se sujeta... ¡Sigue bogando ola avante!...
Kramer